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INTRODUCCIÓN. (Revista Oveja Negra, n. 34)

El estudio de los casos de resistencia civil en la Europa del Este después de la IIª Guerra Mundial tiene una especial importancia por tratarse de países con regímenes comunistas, como resultado de los acuerdos de Yalta, donde parece que no existen fisuras y donde los métodos de control y represión dan la impresión de que el menor movimiento de oposición es inmediatamente detectado, neutralizado, y severamente castigado. En efecto, antes del levantamiento de Alemania del Este en 1953 nadie podía creer que la resistencia civil fuera posible y era inimaginable que pudiera tener algún éxito. Menos aún, que a través de la resistencia civil se hiciera caer un régimen. Aun cuando este último fenómeno no se ha dado, tras la experiencia de Alemania del Este, de Checoslovaquia y de Polonia, al menos hemos de admitir que esto es posible.

No son los únicos casos de resistencia civil en la Europa del Este, aunque sí los más importantes, por tratarse de hechos ocurridos a escala nacional y en algunos casos con importantes repercusiones internacionales. Un grave problema a la hora de estudiar estos casos en profundidad es la falta de información, derivada de la dificultad de acudir a fuentes directas y a los documentos de los momentos que nos ocupan. Este problema afecta a la interpretación de los hechos, que sin duda serán matizados por el futuro. No obstante, los acontecimientos fueron lo suficientemente significativos para que no hayan pasado desapercibidos y lo suficientemente explícitos para poder ser interpretados en su conjunto.

Su variedad añade un dato más de interés al estudio. Así, en Alemania se trata de una resistencia civil ante unas agresiones estructurales de orden político y económico ejercidas por el propio gobierno; la acción se dirigirá contra él de forma espontánea y poco duradera. En el caso de Checoslovaquia, se trata de un lento proceso de conquistas democráticas de carácter económico, político y cultural sostenidas por la base y apoyadas por el gobierno, que pretenden ser bruscamente destruidas por una ocupación militar extranjera; la acción se dirigirá, pues, frente al ocupante y en apoyo del propio gobierno. En Polonia, se trata de una lucha sindical organizada que busca también transformaciones económicas, políticas y culturales, pero que no cuenta con el apoyo del propio gobierno; la lucha ha sido prolongada y todavía no se ha dicho la última palabra. Es de destacar que en el caso de Polonia, a diferencia de Alemania y Checoslovaquia hay dirigentes de Solidaridad que tiene conocimiento explícito de las técnicas de acción noviolenta y que fenómenos como la objeción de conciencia al servicio militar están saliendo a la opinión pública.

Un rasgo a destacar en las resistencias civiles del Este es el protagonismo de la clase obrera.

El hecho de que no pudieran alcanzar sus principales objetivos no les quita validez y no se puede concluir de ello que toda resistencia noviolenta en el Este esté llamada a fracasar. Es de por sí significativo que tales acciones de masas se hayan llevado a cabo en Estados Comunistas.